Agrupación inglesa de fama mundial, idolatrados por muchos, comenzaron su carrera en los 60's. Cometieron la extrema irreverencia de decir a la periodista Maureen Cleave, específicamente John Lennon, que "el cristianismo va en decadencia y que ellos, los Beatles, eran más famosos que Jesucristo". Tarde intentaron suavizar lo dicho.
Desgraciadamente ellos iniciaron a la juventud en el "avivamiento" del sexo libre, la drogadicción, además a la fascinación por las religiones hinduistas. Se observa en la portada de su disco Sgt. Pepper que entre las fotos de personajes que fueron seleccionados figuran cuatro gurúes. El pronunciamiento despectivo contra Cristo y el Cristianismo suena a la acción del rey babilonio Belsasar quien embriagado, cometió la desfachatez de usar los vasos sagrados del templo del Dios Santo (Daniel 5), siendo dictada luego la sentencia desde el cielo: Mene, Mene, Tekel, Uparsin, o sea: Contó Dios tu reino y le ha puesto fin. Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. Tu reino ha sido roto.
La ebriedad de la fama entorpeció a los Beatles convirtiéndose en necios, pero su "reino" desapareció; hoy solo queda de ellos un frío y mortecino museo, una música que por más que sea, suena rancia; repetida para no ser olvidada (Is. 23:16), mientras Lennon y Harrison esperan en la eternidad encarar el juicio divino. Pero Cristo por siempre está sentado en Su Trono inamovible. Él es "el que estuvo muerto y vivió".(Apoc. 2:8); ante Quien se doblará toda rodilla. (Fil. 2:10).
